El tercer jueves de noviembre de cada año se celebra el Día Mundial del Cáncer de Páncreas, una fecha establecida para concienciar a la población acerca de esta enfermedad. Por eso, hoy queremos hablar de esta enfermedad.
El cáncer de páncreas aparece como consecuencia de un crecimiento anómalo de las células que forman parte de este órgano, el cual se encuentra en el abdomen, justo por detrás de la porción inferior del estómago. El páncreas está formado por 2 componentes principales:
- El componente llamado “exocrino” que está formado por células que produce proteínas que ayudan al organismo a digerir y descomponer los alimentos, en particular las grasas.
- El componente “endocrino” del páncreas está formado por células que producen hormonas específicas, de las cuales la más importante es la insulina. La insulina es la sustancia que ayuda a controlar la cantidad de azúcar en la sangre. Esta porción del páncreas también produce otras hormonas, como glucagón, somatostatina, etc. Con una función importante en la regulación del metabolismo en el cuerpo.
Cuando las células tumorales proceden de las células del endotelio de los conductos exocrinos del páncreas hablamos de cáncer de páncreas, según ha informado en su página oficial la asociación española contra el cáncer, AECC.
A nivel mundial, el cáncer de páncreas no es un tumor excesivamente frecuente (el 2,1% de todos los tumores), pero su incidencia ha aumentado constantemente desde los años 50. Se estima que cada año se diagnostican unos 233.000 nuevos casos en todo el mundo (125.000 hombres y 108.000 mujeres), el 60% de ellos en países desarrollados (Europa, América y Australia).
Las mayores incidencias se registran entre la población negra de Norteamérica y entre los Maoríes de Nueva Zelanda. En Europa, es menos frecuente en el sur.
Incidencia en España
El cáncer de páncreas es un tumor poco frecuente en España, con una incidencia anual cerca a los 8.169 casos (4.276 varones y 3.893 mujeres). El último informe elaborado por la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y el Instituto Nacional de Estadística (INE) calculó una mortalidad en el año 2017 de 6.868 pacientes.
¿Cómo se desarrolla este tipo de cáncer?
Este tumor maligno puede crecer de varias maneras:
El crecimiento local de las células tumorales destruye progresivamente el páncreas pudiendo provocar una obstrucción de los conductos secretores.
Según progresa el tumor, puede llegar a invadir otros órganos o estructuras cercanas como vía biliar (colédoco que va desde el hígado y vesícula biliar hasta el intestino), estructuras digestivas (estómago, duodeno, colon), bazo, grandes vasos y columna vertebral.

Por un lado, tenemos la diseminación linfática, que es cuando el cáncer de páncreas suele diseminarse de forma precoz a través de los vasos linfáticos.
La diseminación por esta vía se realiza de forma ordenada, afectando primero a los ganglios más próximos y posteriormente a los más alejados.
Por otro lado, tenemos la diseminación heterogénea, que cuando se produce a través de los vasos sanguíneos preferentemente hacia el hígado, según estas fuentes de la AECC.
Sistema de clasificación T.N.M.
El sistema que con mayor frecuencia se emplea para su clasificación es el TNM. Estas siglas hacen referencia a tres aspectos del cáncer: la T se refiere al tamaño del tumor, la N a la afectación de los ganglios linfáticos y la M a la afectación o no de otros órganos.
Las definiciones de T, N y M para el adenocarcinoma de páncreas se recogen en:
- T1 : El tumor está limitado al páncreas con un tamaño igual o inferior a 2 cm.
- T2 : El tumor está limitado al páncreas con un tamaño superior a 2 cm pero menor de 4 cm.
- T3 : El tumor mayor de 4 cm se extiende más allá del páncreas pero sin invadir el tronco celíaco ni los vasos sanguíneos mesentéricos superiores.
- T4 : El tumor es irresecable, al invadir el tronco celíaco, la arteria mesentérica o los vasos mesentéricos superiores superior o la arteria hepática común (sin importar su tamaño).
- N0 :Ausencia de ganglios linfáticos infiltrados por el tumor
- N1 : Presencia de infiltración tumoral en los ganglios linfáticos regionales, metástasis en 1 a 3 ganglios linfáticos regionales.
- N2: Metástasis en 4 o más ganglios linfáticos regionales
- M0 : Ausencia de metástasis a distancia
- M1 : Presencia de metástasis a distancia.
Fases del cáncer de páncreas
En función de los aspectos vistos en el apartado anterior, las fases del cáncer de páncreas serían las siguientes:
- Estadio IA: el tumor mide hasta 2 cm o menos y está en el páncreas. No se ha diseminado a los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo (T1, N0, M0).
- Estadio IB: el tumor que afecta al páncreas mide más de 2 cm. No se ha diseminado a los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo (T2, N0, M0).
- Estadio IIA: el tumor mide más de 4 cm y se extiende más allá del páncreas. No se ha diseminado a las arterias, las venas, los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo (T3, N0, M0).
- Estadio IIB: el tumor, de cualquier tamaño, no se ha diseminado a las arterias o venas cercanas. Se ha diseminado a 1 a 3 ganglios linfáticos regionales, pero no a otras partes del cuerpo (T1, T2 o T3; N1; M0).
- Estadio III: cualquiera de estas situaciones:
- Un tumor, de cualquier tamaño, que se ha diseminado a 4 o más ganglios linfáticos regionales, pero no a las arterias, las venas u otras partes del cuerpo cercanas (T1, T2 o T3; N2; M0).
- Un tumor que se ha diseminado a las arterias y venas cercanas y es posible que se haya diseminado a ganglios linfáticos regionales. El cáncer no se ha diseminado a otras partes del cuerpo (T4, cualquier N, M0).
- Estadio IV: cualquier tumor que se ha diseminado a otras partes del cuerpo (cualquier T, cualquier N, M1).
Anatomía del páncreas

El páncreas es una glándula de color rosa grisáceo, de 12 a 15 cm de longitud, que se extiende en sentido casi transversal sobre la pared abdominal posterior, desde el duodeno (que es la primera parte del intestino, justo a la salida del estómago) hasta el bazo, por detrás del estómago, siempre según estas fuentes de la AECC.
Su porción más hacia la derecha se le denomina cabeza y se conecta con el cuerpo por un cuello; la extremidad izquierda (más estrecha) se conoce como cola, llegando a contactar con el bazo.
Debido a su localización, el páncreas está en contacto con gran cantidad de vasos sanguíneos y linfáticos, así como de estructuras nerviosas, no sólo propias, sino también de los órganos que le rodean.
¿Cuál es la función del páncreas?
El páncreas es una glándula, constituida por lobulillos que se agrupan entre sí, desembocando en pequeños conductos.
Participa de forma fundamental en los procesos digestivos del cuerpo, ya que se encarga de elaborar y secretar al tubo digestivo gran cantidad de enzimas y sustancias necesarias para el proceso de digestión y absorción de los alimentos.
Esta función de síntesis de las diferentes sustancias que forman las secreciones digestivas la ejercen la mayor parte de las células pancreáticas. Posteriormente estos jugos pancreáticos son conducidos a través del conducto secretor, hasta un conducto común al que también derivan las secreciones de la vesícula biliar, para llegar finalmente al intestino.
Entre estas estructuras lobulillares, se encuentran repartidos grupos especiales de células llamadas “islotes de Langerhans”. Constituyen, aproximadamente, un 5 por ciento del total de células del páncreas, y su función es la síntesis de hormonas como insulina, glucagón, y somatostatina.
Estas sustancias pasan directamente a la sangre y son necesarias para el metabolismo de los nutrientes, y sobre todo para mantener los niveles adecuados de glucosa, que es la fuente de energía esencial de nuestro cuerpo.
En este órgano se distinguen tres zonas principalmente:
- Cabeza: es la parte más gruesa, está situada a la derecha, colocada por detrás del hígado y rodea parcialmente al duodeno (primera porción del intestino delgado).
- Cuerpo: situado por detrás del hígado e intestino delgado.
- Cola: es la parte más estrecha y está a la izquierda, en contacto conla cara posterior del estómago y con el bazo.
Causas del cáncer de páncreas
Por lo general, se desconocen las causas del cáncer de páncreas. La mayoría de los tipos de cáncer de páncreas se consideran esporádicos, de forma que los casos de cáncer de páncreas hereditario son menos frecuentes (alrededor del 10 %). Sin embargo, los siguientes factores pueden elevar el riesgo que tiene una persona de desarrollar cáncer de páncreas:
La mayoría de las personas que desarrollan cáncer de páncreas tienen más de 45 años. De hecho, el 90 % tiene más de 55 años y el 70 % tiene más de 65 años.

El cáncer de páncreas se diagnostica más en hombres que en mujeres.
Las personas de raza negra son más propensas a presentar cáncer de páncreas que las personas asiáticas, hispanas o de raza blanca.
El tabaco es el factor más importante. Los fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de páncreas: al menos un 30% de los cánceres de páncreas son debidos al tabaco y existe una relación causal entre el número de cigarrillos y el riesgo de desarrollar este cáncer.
En algunos estudios se sugiere que la pancreatitis crónica puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas.
La exposición a ciertas sustancias químicas, como plaguicidas, benceno, determinados tintes y sustancias petroquímicas, puede aumentar el riesgo de presentar cáncer de páncreas.
El consumo habitual de alimentos con alto contenido de grasas es un factor de riesgo del cáncer de páncreas.
La existencia de diabetes mellitus de larga evolución parece tener relación con el cáncer de páncreas, aunque no se ha podido establecer una relación concreta entre ambos padecimientos.
El cáncer de páncreas puede darse en la familia, y se denomina cáncer de páncreas familiar si al menos 2 familiares de primer grado, como padres, hijos o hermanos, o al menos 3 familiares tienen cáncer de páncreas.
Los familiares con determinadas afecciones hereditarias poco frecuentes también tienen un riesgo significativamente mayor de cáncer de páncreas, como de otros tipos de cáncer, como en el Síndrome de cáncer hereditario de mama y de ovario o en la Poliposis adenomatosa familiar.
Síntomas del cáncer de páncreas
Los síntomas del cáncer de páncreas pueden no presentarse en la fase inicial de la enfermedad. En la mayor parte de las ocasiones, el cáncer se diagnostica cuando los síntomas obligan al paciente a acudir al médico. Dependiendo de la localización del tumor los síntomas del cáncer de páncreas, pueden variar aunque generalmente son síntomas inespecíficos

Los tipos de síntomas del cáncer de páncreas más frecuentes que pueden presentarse son:
- Pérdida de peso
- Dolor en la zona del páncreas
- Obstrucción de conducto biliar
- Nauseas y vómitos
- Pancreatitis aguda
- Diabetes mellitus
A continuación explicamos en detalle en que consisten todos y cada uno de ellos.
La pérdida de peso puede ser importante, y habitualmente es debida al déficit de absorción de nutrientes. Se suele acompañar con frecuencia de anorexia (pérdida de apetito), alteraciones en las deposiciones (diarrea) y astenia (cansancio).
El dolor en la zona del páncreas generalmente se manifiesta como un dolor sordo en la región superior del abdomen (epigastrio), con episodios de agudización tras la ingesta o estando acostado. Es característica su irradiación hacia la espalda como si fuera un cinturón.
Por otro lado, cuando el tumor está situado en la cabeza del páncreas puede llegar a impedir la eliminación de las sales biliares producidas por el hígado al intestino.
La retención de dichas sales provoca el aumento de la bilirrubina. Esta sustancia es un pigmento que impregna los tejidos al aumentar sus niveles en sangre, por lo que se produce ictericia (coloración amarillenta de piel y conjuntiva ocular), pudiendo provocar un prurito (picor) intenso.
Habitualmente la bilirrubina se elimina por el tubo digestivo dando color a las heces. Cuando aparece una obstrucción del conducto biliar la bilirrubina se elimina por el riñón, por lo que la orina puede volverse oscura y las heces pierden color (heces claras).
Las náuseas y vómitos se producen como consecuencia de la obstrucción intestinal provocada por el crecimiento de los tumores localizados en la cabeza pancreática.
Otros síntomas que pueden acompañar a este tumor son digestiones pesadas e hinchazón abdominal por acúmulo de líquido en el abdomen (ascitis).
Según los casos y la localización del tumor, en ocasiones el cáncer puede manifestarse como:
Pancreatitis aguda: Al obstruirse los conductos de secreción de los lobulillos, puede provocar una inflamación aguda del páncreas.
Diabetes mellitus: Gran parte de los pacientes con cáncer de páncreas, presentan una alteración del metabolismo de la glucosa, que en ocasiones acontece meses antes del diagnóstico del tumor.
Recomendaciones
Es importante que sepas que estos síntomas también pueden aparecer asociados a otras enfermedades distintas al cáncer. Sin embargo, ante la aparición de cualquiera de ellos, es fundamental que acudas a tu médico para que se realice el diagnóstico y tratamiento oportuno.
Antes de asumir que tienes una enfermedad grave, espera a conocer el resultado de las pruebas.
Cómo identificar el cáncer de páncreas
Para poder identificar el cáncer de páncreas, en primer lugar es fundamental realizar una historia clínica del paciente. Tras ello, y después de una adecuada exploración y en función de los síntomas y problemas que plantee el paciente, se suelen realizar una serie de pruebas complementarias.
Inicialmente se solicita un análisis de sangre, que permite valorar el estado general de salud. Las pruebas por imágenes permiten a los médicos determinar dónde está ubicado el cáncer y si se ha diseminado desde el páncreas hacia otras partes del cuerpo.
Las más habituales son las siguientes: ecografía, escáner o TC, resonancia magnética, colecistopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), laparoscopia o biopsia, entre otras a criterio médico.
Tratamiento del cáncer de páncreas
Una vez confirmado el diagnóstico y tras realizar las pruebas necesarias para conocer en qué fase está la enfermedad, se debe determinar cuál es el tratamiento para el cáncer de páncreas más adecuado.
El especialista recomendará y explicará las posibilidades de tratamiento más adecuadas a tu caso, para que una vez que hayas recibido la suficiente información puedas, junto con tu médico, tomar una decisión.
Para determinar este tratamiento es importante clasificar el tumor y determinar en qué fase se encuentra. Suele ir desde la
Esta clasificación puede simplificarse en función de las posibilidades de extracción quirúrgica del tumor: la cirugía, la quimioterapia, la radiología o las técnicas paliativas.
Esperanza de vida del cáncer de páncreas
En líneas generales, la esperanza de vida del cáncer de páncreas es escasa. En ningún país del mundo supera el 10% a los 5 años, y el cáncer de páncreas fue el motivo de 173.827 muertes en todo el mundo en el año 2012 (el 3,7% de las muertes por cáncer).

Se trata de una supervivencia global, sin tener en cuenta edad, tipo histológico o fase de la enfermedad. La supervivencia media en la enfermedad que no está limitada y no es susceptible de un tratamiento quirúrgico radical es inferior a 1 año. La supervivencia en España es similar a la media europea, que se sitúa en torno al 4% para los hombres y al 5% para las mujeres.
Si el cáncer se detecta en una etapa inicial, cuando la extirpación quirúrgica del tumor es posible, la tasa de supervivencia a 5 años es del 34 %.
Alrededor del 10 % de las personas reciben el diagnóstico en este estadio. Si el cáncer se ha diseminado a órganos o tejidos circundantes, la tasa de sobrevivencia a 5 años es del 12 %. Para el 52 % de las personas que reciben el diagnóstico después de que el cáncer se ha diseminado a una parte distante del cuerpo, la tasa de sobrevivencia a 5 años es del 3 %.
Seguimiento del cáncer de páncreas
Una vez finalizado el tratamiento es preciso realizar revisiones periódicas. Son necesarias para confirmar que sigues bien, para seguimiento y control de los efectos secundarios del tratamiento y para instaurar, en caso necesario, un tratamiento lo más rápidamente posible.
Incluso tras el tratamiento más completo, existe riesgo de reaparición de la enfermedad. Su diagnóstico precoz permite instaurar un nuevo tratamiento que mejore los síntomas y la calidad de vida del enfermo.
Para las personas que se hayan sometido a cirugía, se recomiendan visitas de seguimiento al oncólogo cada 3 a 6 meses. Durante estas visitas pueden realizarse análisis de sangre, incluidos análisis de la función hepática y renal, y el marcador tumoral CA 19-9.
No es necesario realizar un TAC regularmente, pero se pueden usar según los síntomas de la persona y de cualquier cambio que se haya detectado durante el examen físico o con los análisis de sangre. Es posible que se realicen PET para detectar una recurrencia después del tratamiento.
- TC Abdominal
- Analítica completa
- Radiografía de tórax
- Ecografía abdominal
Es importante que refieras a tu médico, tanto en las revisiones como en cualquier otro momento, no solo cambios relacionados con los tratamientos, sino cualquier otro síntoma como pérdida de apetito o peso, aparición de dolor, cansancio, etc. El médico valorará la necesidad de realizar más pruebas.
Información e imágenes de la web oficial de la AECC, asociación de utilidad pública a quien agradecemos todo el trabajo que realiza los 365 días del año, no solo por los pacientes oncológicos, sino también por sus familias.
Por ello, nos sumamos a su campaña de captación de fondos, a fin de que todos los lectores de la Revista Médica El Carmen que lo deseen donen en la AECC y contribuyan así al avance de los trabajos para una mayor supervivencia y mejor pronóstico de los pacientes con cáncer de páncreas.

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