La meningitis es la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Puede ser de origen vírico, que suele ser benigna y de consecuencias leves, o de origen bacteriano, que es la más peligrosa.
Fundamentalmente hay 3 tipos de bacterias causantes de meningitis, la Haemophilus Influenzae B, HiB, el neumococo y el meningococo con todos sus serogrupos (A, B, C, W, X e Y), según ha informado la asociación española contra la Meningitis en su página web.
La sepsis es la variedad de la enfermedad bacteriana cuando la infección se desplaza por el torrente sanguíneo a todo el cuerpo.
En general, la meningitis y la sepsis bacterianas son muy peligrosas, y pueden progresar muy rápidamente si no se las trata a tiempo; mientras que la meningitis vírica es dolorosa, pero, usualmente, no suele ser peligrosa.
Respecto a las cifras reales que engloban todos los tipos de meningitis, no se dispone de datos oficiales, ya que las autoridades sanitarias no están obligadas a declarar los casos.
Solo la enfermedad meningocócica es de declaración obligatoria, pero estos datos son la punta de un enorme iceberg que serían todos los afectados por meningitis.

Aproximadamente se estima que en España hay unas 12.000 personas afectadas al año. De ellas 2.000 serían bacterianas y 10.000 víricas, según han informado estas fuentes hoy 24 de abril, día Mundial contra la Meningitis.
Esta fecha fue elegida por la Conferation of Meningitis Organisations (CoMO) dentro de la Semana de la Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para hacer una llamada de atención a la población general y concienciar sobre la gravedad de la meningitis, una enfermedad que anualmente afecta a más de un millón de personas en el mundo.
Según estas fuentes, cualquier persona puede contraer meningitis o sepsis, pero los grupos de mayor riesgo son los niños menores de 5 años y los jóvenes de entre 15 y 24 años.

De hecho, es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes.
La meningitis de origen bacteriano, la más peligrosa, puede resultar mortal; aunque el fallecimiento se produce únicamente en un reducido porcentaje de los afectados, aproximadamente el 10%.
Sin embargo, algunas de las personas que sobreviven, hasta un 20%, quedan con minusvalías u otras secuelas tales como pérdidas sensoriales, daños cerebrales o amputación de miembros.
¿Cómo se contrae la enfermedad meningocócica invasiva, EMI?
La EMI es causada por la bacteria Neisseria meningitidis o meningococo. Históricamente, los serogrupos B y C han sido responsables de la mayoría de los casos clínicos en España.
Se contrae cuando el meningococo vence las defensas del sistema inmunitario del cuerpo y pasa a la corriente sanguínea causando meningitis, sepsis o ambas enfermedades.
El meningococo es una bacteria muy común y, para la mayoría de las personas, resulta inocua. Entre un cinco y un veinte por ciento de la población la lleva en la nariz y en la garganta sin incluso saberlo.
Estas personas se llaman portadores asintomáticos, porque portan sin saberlo el microorganismo y lo expulsan al exterior en sus secreciones nasofaríngeas (al estornudar, toser, etc).

El meningococo no puede vivir durante mucho tiempo en el aire, no sobrevive más que durante unos momentos fuera del cuerpo humano. No se puede transmitir a través de los objetos de la vida cotidiana.
La vacunación es la mejor defensa ante éstas y otras enfermedades. Las vacunas existentes ofrecen una excelente protección, pero no pueden prevenir todas las formas de la enfermedad.
También es importante mantener unos hábitos de higiene y de vida saludables que ayuden a nuestro sistema inmunitario.
Evitar sustancias tóxicas como el tabaco, el alcohol y otras drogas es fundamental, pues debilitan nuestra protección natural ante los agentes externos.
El reconocimiento precoz de síntomas es fundamental para una curación total.

Desgraciadamente, los primeros indicios generalmente se confunden con los síntomas que acompañan a otras enfermedades infecciosas banales, tales como fiebre, irritabilidad en los bebés, dolor de cabeza en los niños mayores, decaimiento, vómitos y rechazo de la alimentación.
Sin embargo, algunos síntomas pueden orientar hacia la enfermedad meningocócica antes de que aparezcan otras manifestaciones más específicas: dolor en las piernas (aparecen hasta en un 35% de los niños capaces de expresar este síntoma), pies y manos fríos o color pálido violáceo de la piel.
Otros síntomas a tener en cuenta son disminución del nivel de conciencia y convulsiones. Cualquiera de estos signos en un niño, con fiebre de causa desconocida, es una llamada de atención sobre la posibilidad de que se esté iniciando una infección meningocócica.
Las petequias (test vaso)
Es uno de los signos que pueden ser indicativos de la enfermedad meningocócica. Son pequeñas manchas de color rojo o morado que normalmente aparecen primero en el torso y, en poco tiempo, se extienden por el resto del cuerpo.
Para reconocer las petequias y descartar otras manchas sin importancia (pecas, hematomas…), basta una sencilla prueba: si, al presionar las manchas con un vaso de cristal, éstas no desaparecen, puede tratarse de petequias peligrosas, y es imprescindible obtener ayuda médica urgente.
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